miércoles, 15 de octubre de 2008

Cistinuria: una enfermedad genéica

INTRODUCCION

Los errores innatos del metabolismo (EIM) también conocidos como Enzimopatía o metabolopatía congénita corresponden a trastornos genéticos generalmente de herencia autosómica recesiva. Los EIM son un grupo muy amplio de enfermedades (se conocen más de 500) con una prevalencia global de 1/600 recién nacidos vivos.
Se enfatiza la alteración de proteínas con actividad enzimática, pero se pueden afectar otras con actividad diferente como:
Ø Proteínas de transporte
Ø Inhibidores enzimáticos
Ø Hemostasia
Ø Función de receptor
Ø Bomba de membrana
Ø Proteínas estructurales
Dichos trastornos generalmente son causados por defectos en proteínas específicas (enzimas) que ayudan a descomponer (metabolizar) partes del alimento. Los efectos secundarios a dichas enzimopatias, es debido a que éste producto se puede acumular en el cuerpo.

Se estableció un sistema de clasificación según su mecanismo molecular:
1. Por acumulación de moléculas complejas (glicoproteínas, esfingolípidos).
2. Por toxicidad de moléculas pequeñas (aminoácidos, intolerancia hereditaria a los azúcares, deficiencias en el ciclo de la urea).
3. Por defectos en la producción ó utilización de energía (en donde se ven afectados el hígado, el corazón, etc.).


CISTINURIA

La cistinuria es un trastorno autosómico recesivo que se transmite de padres a hijos, en el cual se forman cálculos (piedras). La cistina tiene baja solubilidad y forma estos cálculos en los riñones, el uréter y la vejiga causando dolor, obstrucción y algunas veces falla renal. A la cistinuria también se le conoce como Cálculos de cistina o Cristales de cistina.

La Cistinuria es prevalente a nivel mundial donde la frecuencia estimada varía entre 1:15,000 en los Estados Unidos y en Japón 1:50,000, pero se ha visto que existe una mayor incidencia de encontrar poblaciones con éste problema genético Judíos, Musulmanes y Árabes. Si embargo, ésta enfermedad esta más ligada a los Judíos en Líbano, con una prevalencia estimada de 1:2500.

Hablando cronológicamente en:
Wollaston (1810): Observó unos cálculos diferentes a los usuales compuestos por placas hexagonales y solubles en álcali, pensó, erróneamente, que eran exclusivamente de origen vesical y los supuso constituidos por un compuesto que él denominó “óxido cístico” (kystis significaba vejiga en griego)
Marcel (1817): Mostró que este tipo de litiasis (es la formación o presencia de cálculos en alguna vía excretora) podía presentarse, también, en el riñón
Stromeyer (1824): Identificó en la orina de pacientes afectos los típicos cristales que han servido y siguen sirviendo para el diagnóstico de la enfermedad
Berzelius (1830): Se percató de que los cristales estaban compuestos por aminas y los renombró como “cistina”
Toel (1851): Confirmó la hipótesis de Prout en 1823 de que la enfermedad era ocasionada por una excreción urinaria excesiva de cistina
Garrod (1908): Incluyó dentro de los cuatro primeros errores congénitos del metabolismo conocidos suponiendo, también equivocadamente, que se trataba de un defecto enzimático, pese a que a finales del anterior siglo, Von Udransky y Baumann, presumieron una alteración intestinal en el transporte de aminoácidos
(1947): No se comprobó que estaba asociada a una excreción urinaria excesiva de tres aminoácidos: arginina, lisina, y ornitina
Harris (1955): La primera descripción del patrón hereditario
Milne (1961): Confirmó la hipótesis de que era causada por un defecto en la reabsorción renal e intestinal de estos aminoácidos y la cistina, formulada por Dent y Rose en 1951


Anteriormente, la cistinuria clásica fue clasificada dentro de tres tipos basados sobre la excreción urinaria de cistina y en los aminoácidos dibásicos en heterocigotos obligados:
Heterocigoto Tipo I: muestra un patrón urinario normar de aminoácidos mientras que el Heterocigoto Tipo II y Tipo III exhiben moderado y altos niveles de excreción, respectivamente.

Inicialmente, los pacientes heterocigotos fueron clasificados fenotípicamente por Rosenberg en 1966 como pertenecientes a tres tipos diferentes de acuerdo con la excreción diaria de cistina: I, II y III. Así:
Tipo I (portadores silenciosos), indistinguibles de los sujetos normales
Tipo II (excreción moderada).
Tipo III (excreción ligera, en este tipo la captación intestinal de cistina no se encuentra completamente alterada).

Posteriormente, los cistinúricos han sido reclasificados fenotípicamente en:
Tipo I forma recesiva completa: con los padres y familiares del afecto (heterocigotos recesivos “completos”) con aminoaciduria dentro del rango de referencia (<420 mmol/ 24 h).
Tipo no I, forma recesiva “incompleta” o co-dominantes): cuyos padres y familiares presentan aminoacidura con alguno de los aminoácidos implicados con excreción por encima del límite superior del rango de referencia (>420 mmol/ 24 h).

Por tanto, se realizó una nueva clasificación basada en análisis moleculares y no sobre un perfil urinario de aminoácidos:
Tipo A: enfermedad se debe a mutaciones en el gen SLC3A1
Tipo B: enfermedad de los resultados de mutaciones en SLC7A9
Tipo AB: enfermedad de mutaciones en ambos genes

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