miércoles, 5 de noviembre de 2008

Relación entre Dieta y Cáncer

La sociedad industrial moderna ha creado un entorno artificial, donde la vida funciona a través del consumo de productos manipulados (aprovechándose de los tiempos, donde es tiempo de la gente que no tiene tiempo), que de alguna manera están despojando a nuestro sistema inmune de los elementos y sustancias necesarias para el mantenimiento de su actividad protectiva. Es por esto que nuestro sistema inmunológico es incompetente para enfrentar los terribles desafíos a los que esta sometido y esto hace que su actividad frente al cáncer sea claramente insuficiente. Es por ello que los estudios sobre la relación entre la nutrición y la salud son cada vez más necesarios, para saber y poder recuperar una buena parte de la dieta, que le ha permitido al hombre llegar hasta nuestros días.

El campo de estudio sobre el gran papel que tiene la nutrición en el proceso canceroso es muy amplio, y esto ha sido estimado por el instituto americano para la investigación de Cáncer y el Fondo de la Investigación de Cáncer del mundo que 30-40% de todos los cánceres puede prevenirse por dietas apropiadas, actividad física, y mantenimiento del peso corporal (WCRF/AICR, 1997). La mayoría de las investigaciones se desarrolla en base a alimentos en particular o sustancias de estos de manera más especifica, los cuáles tengan un impacto sobre el tumor canceroso (ya sea en su formación o regresión), lo cual de manera indirecta nos encamina a conocer más detalladamente el mecanismo de dicha actividad protectiva.

En resumen, al ser la nutrición nuestra principal fuente de nuestras defensas orgánicas, es conveniente que se entienda que la nutrición no es solo una cosa de peso y apariencia, si no más bien, que se trata de una cuestión de vida o muerte a la hora de prevenir enfermedades y a su vez mejorar la calidad de vida. Es bueno mencionar, que las nuevas técnicas de laboratorio ponen a nuestro alcance, una gran variedad de compuestos que ayudan a combatir y prevenir el cáncer. Siendo los quimioprotectores los principales elementos bioquímicos encargados de hacerle la batalla interna al cáncer (cuando ya se padece). En la actualidad las investigaciones más interesantes y prometedoras realizadas en los últimos 20 años, se han centrado en las sustancias químicas que contienen los alimentos crudos y en aquellos aceites marinos esenciales. Por lo que se piensa que una dieta alimentaría anticancerígena se centra en la actividad de los denominados antioxidantes, de enzimas y de algunos fotoquímicos, entre otros compuestos (Heltzel, et al., 2002; Chen, et al., 2001; Hazra, et al., 1999; Colombo et al., 1997).

Dentro de los componentes más destacados de las nuevas tecnologías e ingeniería genética para beneficio médico y para la salud, se encuentran la fibra dietética, azúcares de baja energía, aminoácidos, ácidos grasos poliinsaturados (AGP), fitoesteroles, vitaminas y minerales, antioxidantes, bacterias ácido lácticas y otras sustancias, llamados alimentos funcionales. Dentro de esta gran gama de compuestos se encuentra un grupo en particular, los quimioprotectores; que no son más que una serie de compuestos y elementos que en conjunto o por si solos tienen actividad biológica en el humano, específicamente sobre el cáncer.

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